Si algo nos han enseñado los bebés a lo largo de los años, es que las pequeñas cosas importan, como el tacto y la suavidad de la tetina de su biberón, que se parece más al pezón de la madre, o la cómoda forma de su chupón.
Como nuevos padres en 1984, a Edward y Celia Atkin les resultaba difícil alimentar a su bebé con un biberón. Las tetinas eran demasiado largas, duras y finas, y los estrechos biberones eran difíciles de llenar y fáciles de voltear. Edward aprovechó sus años de experiencia en diseño y fabricación para reinventar por completo la tetina y el biberón. ¡Había nacido el biberón Avent que millones de padres de todo el mundo conocen y en el que confían!
El primer paso de Edward fue diseñar un biberón que no solo tuviera un cuello más ancho, sino que fuera fácil de llenar y utilizar. Sin embargo, el verdadero reto llegó con el diseño de la tetina. Sus años de trabajo en la empresa de caucho de su padre le sirvieron de ayuda y Edward pudo producir la primera tetina del mundo fabricada totalmente con silicona sin olor ni sabor, de modo que a los bebés les resultara más fácil y agradable alimentarse. El biberón y la tetina Avent que creó Edward han establecido el estándar de alimentación para recién nacidos desde su lanzamiento en 1984, ya que el diseño se aproxima lo máximo posible a la naturaleza y se ha demostrado clínicamente que su exclusivo sistema de ventilación reduce los cólicos en los bebés recién nacidos en la actualidad.
La atención a los detalles más mínimos es lo que sigue haciendo que Philips Avent sea diferente. Escuchando continuamente a las madres y a los profesionales de la salud, hemos desarrollado productos inspirados en la naturaleza y llevamos marcado la diferencia en el bienestar de su bebé, y en la tranquilidad de la madre, desde 1984.