En los ensayos clínicos, ninguna mujer valoró la experiencia como dolorosa, teniendo en cuenta que se utilizaron los ajustes correctos según el tono de piel y el color del vello, y se siguieron las instrucciones. Algunas mujeres describieron sensaciones como "calor", "picor" o "comezón", que en la mayoría de los casos desaparecieron después de entre unos minutos y una hora. 

Para acostumbrarte a Philips Lumea, es recomendable que realices pulsos de prueba cerca de la zona que vas a tratar, utilizando el ajuste de luz más bajo recomendado. Cuando te sientas cómoda, puedes aumentar el ajuste de luz, paso a paso si es necesario, pero sin que nunca llegue a doler.

Philips Lumea no daña los ojos. La dispersión de luz producida por el dispositivo resulta inofensiva para los ojos. No mires los pulsos de luz mientras utilizas el dispositivo. No es necesario llevar gafas durante su uso. Utiliza Lumea en una habitación bien iluminada para evitar el efecto de deslumbramiento. Una habitación bien iluminada reduce la percepción del brillo de los pulsos de luz. 

El sistema de seguridad evita emitir pulsos cuando el dispositivo no está completamente en contacto con la piel. Asegúrate de que el aparato toca bien la piel para evitar la dispersión de luz innecesaria. 

 Nunca utilices Lumea en la zona en torno a los ojos o para el tratamiento de las cejas. 

Es necesario tratar previamente la piel, eliminando el vello de la zona que quieres tratar, para conseguir los mejores resultados de piel sin vello. De esta forma se garantiza que la energía de la luz se canalice hacia el folículo piloso de la forma más eficaz, y que no se pierda en el vello de la superficie de la piel. El tratamiento previo solamente es necesario cuando el vello está todavía creciendo. En la mayoría de los casos, después de aproximadamente cinco tratamientos, ya no debería ser necesario realizar este proceso antes del tratamiento. Como métodos de tratamiento previo te recomendamos la depilación con cuchilla, el recortado, la cera o la depilación mecánica. Si decides utilizar la cera como tratamiento previo, te recomendamos que te asegures de eliminar todos los restos de cera antes del tratamiento. Nunca deben usarse cremas depilatorias como método de tratamiento previo.

Para eliminar bien todo el vello y evitar que el folículo piloso se vuelva a activar, los tratamientos se deben repetir una vez cada dos semanas durante los primeros dos meses. Para entonces la piel debería estar suave y sin vello. Nuestros estudios han demostrado una reducción significativa del vello después de dos tratamientos. Por lo general, se obtienen resultados óptimos después de entre cuatro y cinco tratamientos. Para mantener los resultados y evitar que la raíz del vello se vuelva a activar, es necesario repetir los tratamientos regularmente para mantener tu piel suave y sin vello. Si se interrumpe el tratamiento, el folículo piloso se volverá a activar y el vello comienza a crecer de nuevo. Para mantener los resultados, repite el tratamiento cada cuatro u ocho semanas; de este modo garantizarás que la raíz del vello permanezca inactiva y se inhibirá su crecimiento. El tiempo entre cada tratamiento puede variar en función del ritmo de crecimiento de tu vello. Si te vuelve a salir demasiado vello entre tratamientos, solo tienes que acortar el intervalo de tratamientos, pero no se debe realizar más de una vez cada dos semanas. Cuando utilizas el aparato con mayor frecuencia de la recomendada, no aumentas su eficacia, sino que se incrementa el riesgo de que aparezcan reacciones cutáneas.

El uso de Philips Lumea con mayor frecuencia de la recomendada no acelerará el proceso de eliminación del vello, debido a la velocidad del ciclo de crecimiento del vello.

Debes evitar tratar la misma zona varias veces en una sesión, ya que esto no mejorará la eficacia. Solo aumentará el riesgo de irritaciones en la piel.

Durante los primeros tratamientos, puede que algunos vellos vuelvan a crecer incluso si utilizas el aparato con frecuencia. Esto ocurre porque los vellos están en diferentes fases del ciclo de crecimiento durante el tratamiento. Además, asegúrate siempre de emitir los pulsos con una ligera superposición para asegurarte de no dejar ninguna zona sin tratar. 

El dispositivo y el accesorio pueden calentarse durante el uso, lo cual es normal.

Es recomendable iniciar el tratamiento en las zonas más sensibles al calor, como la línea del bikini, las axilas o la cara, mientras el dispositivo y el accesorio aún están fríos. Trata las piernas después, ya que son menos sensibles al calor.

Es fundamental que limpies el filtro de salida de luz y el accesorio (si lo hay) del aparato después de cada tratamiento. Limpia la superficie del filtro de cristal, la superficie exterior del accesorio (si lo hay) y el marco metálico del interior del accesorio con el paño suministrado o utilizando un bastoncillo para los oídos. Si el agua no limpia de forma eficaz, utiliza unas gotas de alcohol para limpiar las piezas mencionadas anteriormente.

De esta forma, eliminarás los restos de vello o suciedad, que se pueden acumular durante el proceso de emisión de pulsos y provocar que aumente la sensación de calor o las reacciones de la piel si no se limpian.

La limpieza regular ayuda a garantizar unos resultados óptimos y una vida útil prolongada del aparato. Asegúrate de seguir todas las instrucciones de limpieza del manual de usuario. 

Nunca utilices el aparato si padeces cualquiera de las enfermedades siguientes: si padeces alguna enfermedad cutánea, como cáncer de piel, si tienes antecedentes de cáncer de piel o cualquier otro tipo de cáncer localizado en las zonas que se van a tratar; si tienes lesiones precancerígenas o numerosos lunares atípicos en las zonas que se van a tratar; si tienes antecedentes de trastorno del colágeno, incluidos antecedentes de formación de cicatrices queloides o antecedentes de cicatrización deficiente; si tienes antecedentes de trastorno vascular, como presencia de venas varicosas o ectasia vascular en las zonas que se van a tratar; si tu piel es sensible a la luz y aparece con facilidad una reacción alérgica o erupción; si tienes infecciones, eccemas, quemaduras, folículos inflamados, heridas abiertas, abrasiones, herpes simple, heridas o lesiones y hematomas en las zonas que se van a tratar; si se han realizado operaciones quirúrgicas en las zonas que se van a tratar; si padeces epilepsia fotosensitiva; si padeces diabetes, lupus eritematoso, porfiria o una enfermedad cardiaca congestiva.

Nota: Esta lista no es exhaustiva. Si no tienes la certeza de poder utilizar el dispositivo, te aconsejamos que lo consultes con un médico.